miércoles, 3 de junio de 2009

Nada


Y si...


También escuché de ellos, aquellos que terminaron envueltos en lo inmenso de lo eterno.


Ahora comprobaste una vez mas que podemos perdernos aún sabiendo a donde vamos,

que incluso el tiempo no existe,

ni la luz, ni el aire...y ni hablar de tu voz.


Mirábamos aquel azul turbio,

y ahora nos hemos mezclado con lo aspero de su sal.


Que triste pensar en el ayer,

ahora que ya no existe...ahora que solo voy,

ahora que el tiempo dejo de trotar.


Y París...¡y París nada!


La ironía no lo dejaba ni pensar.


Q.E.P.D.

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